Domingo de caminatas por Viña del Mar. Afuera de un mall, dos hombres están sentados en el suelo, vagabundos de trajes rasgados que travesean mientras, con una video cámara hecha de cartón, piden dinero a los transeúntes "Ya pues chiquillos, es para financiar un documental". Ríen.
De pronto, entre la multitud que circula preocupada de las compras navideñas, una mujer menuda y sencilla se acerca, echa mano a su bolsillo y les dice "sólo doy dinero a la gente que trabaja, pero lo de ustedes me pareció tan ingenioso..." El más alto guardó silencio, se veía emocionado. Miró fijo a la mujer durante algunos segundos y preguntó "¿Estás casada?". Ella, que ya emprendía su marcha le contestó divertida "Sí, con la vida" "¡Cásate conmigo ! ¡Yo soy la vida!" gritaba el hombre para que ella no se fuera "¡En otra vida!" contestó ella a casi una cuadra de distancia. Al hombre alto le brillaron los ojos, juntó aire en sus pulmones y gritó "¡Eres bella!".
Carcajadas iban, carcajadas venían entre la multitud acelerada.
De pronto, entre la multitud que circula preocupada de las compras navideñas, una mujer menuda y sencilla se acerca, echa mano a su bolsillo y les dice "sólo doy dinero a la gente que trabaja, pero lo de ustedes me pareció tan ingenioso..." El más alto guardó silencio, se veía emocionado. Miró fijo a la mujer durante algunos segundos y preguntó "¿Estás casada?". Ella, que ya emprendía su marcha le contestó divertida "Sí, con la vida" "¡Cásate conmigo ! ¡Yo soy la vida!" gritaba el hombre para que ella no se fuera "¡En otra vida!" contestó ella a casi una cuadra de distancia. Al hombre alto le brillaron los ojos, juntó aire en sus pulmones y gritó "¡Eres bella!".
Carcajadas iban, carcajadas venían entre la multitud acelerada.
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